No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

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El logotipo incluye dos imágenes: una representación de una montaña y una figura antropomorfa. Ambas imágenes están inspiradas en partes del Códice Azoyú 1, que narra la historia del reino de Tlachinollan entre el año 1300 y el 1565 de nuestra era, y que junto con el Códice Azoyú 2 y el Lienzo de Tlapa-Azoyú, constituye el grupo de documentos conocidos como Códices Tlapanecas.

La figura antropomorfa es un gobernante, que según el Lienzo de Tlapa-Azoyú, en el reino de Tlachinollan se llamaban Teuhtli. El Teuhtli siempre es representado con una manta anudada al hombro, no usa cactli (huarache) y porta ventalle (abanico) o lanzón en la mano derecha levantada que, según el Códice Mendoza, lám. LXIX, simbolizan la facultad que tenían los señores de “ser embajadores y adalides en las guerras, lo cual tenían por oficio muy honroso”. En la mano izquierda lleva una bolsa de copal.

En el Códice Vaticano Latino 3738, lámina XLVIII aparece un hombre en sacrificio, con ventalle y bolsa de copal, y un texto que dice que lleva “…la bolsa de incienso y otras cosas necesarias para el sacrificio…”.

Basada en estas referencias, la doctora Constanza Vega Sosa, de la Dirección de Etnología y Antropología Social del Instituto Nacional de Antropología e Historia, propone que los gobernantes representados en el códice Azoyú 1, que portan ventalle y bolsa de copal, eran depositarios de las funciones de “alcaldes, justicias, embajadores, adalides en la guerra y que también tenían funciones sacerdotales” (Vega Sosa, Constanza. CÓDICE AYUZÚ 1, EL REINO DE TLACHINOLLAN, Editorial FONDO DE CULTURA ECONÓMICA, México, D.F.,1991, págs. 55-57).

Así pues, el Teuhtli del Centro de Derechos Humanos de la Montaña sostiene con la mano derecha el bastón de mando, símbolo de la justicia indígena, que representa el poder jurídico. Con la mano izquierda sostiene un recipiente de cuero lleno de copal, que representa el poder religioso. Está volteado hacia la izquierda, tal como aparecen todos los Teuhtli representados en los códices.

En cuanto a la Montaña, es la referencia a una de las siete regiones del estado de Guerrero, en la cual se encuentra el Centro de Derechos Humanos de la Montaña. Esta imagen fue creada con base en glifos toponímicos del códice Azoyú 1 en los que aparecen montañas, particularmente los de los lienzos 4, 10, 24 y 30. Conservando el estilo de representación de los códices, se le han agregado atributos como el fuego, en la parte superior, que viene del significado mismo del nombre de Tlachinollan (lugar de los campos quemados), y en la parte inferior el agua que desciende de la montaña, elemento característico de esta zona del país. Las formas rojas que rematan estos ríos son picos de agua, es decir, lugares donde el agua choca y se levanta, expresando que no está estancada, sino viva, en movimiento. El color rojo con que se ha rellenado estos picos de agua, refuerza la idea de dinamismo.

Con motivo de los veinticinco años, diseñamos un logotipo que condensa el tiempo de Tlachinollan centrando la figura de la Montaña como el símbolo de una lucha tenaz y sin tregua, que han dado los pueblos indígenas a lo largo de los siglos, y que con su organización comunitaria han podido demostrar que es posible que florezca la justicia en medio de las ortigas y las huizacheras. Su río representa la sabiduría milenaria que irriga el macizo montañoso de la Sierra Madre del Sur. En sus manantiales pervive la palabra sagrada que atrae la lluvia y apacigua la furia de los rayos. Es la sabia que corre por las venas agrestes de los cerros de San Marcos que son los vigías de la Madre Tierra. Sus aguas bravías es la fuerza protectora que nutre la vida comunitaria y que llena de valor a las autoridades que defienden con ahínco el patrimonio del pueblo.