Opinión Mujeres que luchan y que pierden la vida La lucha imbatible de Tita Radilla: 51 años buscando a su padre Rosendo. La confabulación del poder civil con el poder militar nunca sepultaran la digna memoria de los desaparecidos. Persistencia y combatividad de Martha Obeso en su exigencia de justicia, por el asesinato de Armando Chavarría Barrera, en su 16° aniversario luctuoso. El pasado jueves 21, en la víspera de la discreta visita que hizo al nuevo hospital de Tlapa la presidenta de la república Claudia Sheibaum, 2 jóvenes mujeres de Yozondacua El Nuevo, municipio de Cochoapa El Grande, fueron asesinadas cuando regresaban a su comunidad en un tzuru. El esposo de una de ellas manejaba la unidad y la hija menor viajaba a su lado. Nunca dimensionaron el peligro de salir por la tarde para hacer algunas compras y regresar por la noche. En Cochoapa El Grande uno de los grupos delincuenciales que tienen asolada la región, ubicó a la familia que entró al pueblo. Habían acudido para comprar un pastel con motivo del cumpleaños de su hija. De inmediato se regresaron. Todo transcurría en calma, hasta que una camioneta los alcanzó y los rebasó. No maliciaron las intenciones que llevaba. Cerca de Barranca de la Palma el papá alcanzó a ver que la camioneta hacía maniobras para cerrarles el paso. Antes de que lograra su objetivo el chofer aceleró y logró escabullirse. De inmediato los maleantes accionaron sus armas contra el vehículo. Las balas se incrustaron en los cuerpos de las dos mujeres que viajaban en el asiento de atrás. Las dos murieron al instante. La menor quedó herida y el papá resultó con pequeñas lesiones. Como pudo llegó a la comunidad con la trágica noticia de las dos mujeres asesinadas y su hija herida. La menor fue trasladada el hospital de Cochoapa El Grande que optó por trasladarla al hospital general del IMSS-Bienestar de Tlapa, donde estuvo de visita la presidenta Claudia. Aparte de la niña herida, había otras pacientes en el nuevo hospital. En el área de pediatría se encuentra otra niña con el diagnóstico de hepatitis tipo A y con anemia grado III. A las 7 de la mañana del viernes 22 el médico que la revisó ordenó que le realizaran los estudios de VIH, VDRL y PSA así como la aplicación de albumina humana al 20%. La familia confió en que el mismo hospital le realizarían los estudios y que le dotarían del medicamento. No fue así, les indicaron que tenían que comprar la albumina y que vieran en qué laboratorio les podían hacer los estudios. Alrededor del medio día llegó la presidenta de la república para constatar que el nuevo hospital está funcionando con todos los servicios. Anunció en sus redes sociales que había recorrido las instalaciones, pero no sabemos si verificó o que haya tenido información de que no está funcionando el laboratorio y que tampoco está surtida la farmacia de medicamentos. Hasta este domingo la menor sigue en espera de que la atiendan. A los familiares les informaron que sería trasladada a otro centro hospitalario porque requiere otro nivel de hospitalización. Es grave que un hospital que al final no se construyó de tercer nivel (como prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador), aún se carezca de los servicios básicos de laboratorio y de medicamentos. De acuerdo con la información oficial el nuevo hospital de IMSS-Bienestar beneficiará a 400 mil personas de la Montaña, con una inversión histórica de 2 mil 400 millones de pesos en infraestructura y 650 millones en equipamiento. Lo real es que para los pacientes, que en su mayoría vienen de las comunidades indígenas, tienen que acudir a laboratorios privados y a las farmacias de los emporios farmacéuticos desembolsando dinero que consiguen prestado. En esa misma tarde la comunidad nahua de Atlamajalcingo del Río, municipio de Tlapa, que llevaba 3 días y 2 noches bloqueando la carretera federal de Chilpancingo, tuvieron conocimiento de la visita de la presidenta Claudia Sheibaum. De inmediato se organizaron y nombraron una comisión conformada por las autoridades y 4 mujeres de la comunidad. Desconocían el lugar exacto donde llegaría. Acudieron al seminario, donde regularmente realizan reuniones los funcionarios públicos, sin embargo, el lugar estaba vacío. Se guiaron por los helicópteros que bajaron en las instalaciones del batallón y hasta allá llegaron. Esperaron que la presidenta saliera del hospital. Cuando vieron movimiento de vehículos y del personal de seguridad se colocaron a un costado de la calle, en la esquina que lleva al batallón. Al verla las compañeras alzaron las manos y se acercaron al vehículo que se detuvo. De inmediato le comentaron que iban de parte de su comunidad para entregarle un documento. La presidenta lo recibió y lo revisó. Las mujeres le narraron la situación de abandono en que se encuentran, la informaron que en su comunidad no hay obras, se quejaron de la nula atención de parte de las autoridades municipales y plantearon sus demandas que vienen arrastrando desde el 2017. La presidenta dispuso de tiempo para escucharlas. Ahí se enteró que toda la comunidad estaba bloqueando la carretera como medida desesperada por la desatención y negativa del presidente municipal de reunirse con ellos. Firmó el documento que le entregaron. En ese momento pidió a la subsecretaria de desarrollo democrática, Rocío Bárcena Molina que se comunicara con el subsecretario de asuntos políticos del estado, Francisco Rodríguez para concertar la cita con el presidente municipal. La presidente les comentó que no realizaran esas acciones porque ponían en peligro a los niños y las personas mayores. Las jóvenes le comentaron que no tuvieron otra alternativa y le manifestaron su enojo y cansancio por no ser escuchadas ni tomadas en cuenta. Al final les comentó que la subsecretaria Rocío estará al pendiente de esta reunión y valorará si se requiere de la participación de la federación para atender el rezago de sus demandas. Mostró su disposición para apoyar a la comunidad. Este encuentro inesperado fue una gran lección para la comunidad que encontró una respuesta favorable de la presidenta de la república y la población masculina valoró el arrojo y la decisión de las jóvenes mujeres que plantearon con claridad y contundencia la problemática que viene arrastrando su comunidad. Los encuentros que tuvo la presidenta de la república en su gira por Acapulco y la Costa Chica fueron muy impactantes por la presencia y participación de las mujeres del pueblo amuzgo. El colorido de sus prendas son la expresión artística de su cosmovisión, de su forma de mirar el mundo, del respeto que guardan a la madre tierra. Sus saberes son transmitidos de generación en generación. Son las sabias que saben preservar su cultura y su idioma. Las que han resistido la discriminación y el desprecio de los gobernantes, las que han tenido que soportar las violencias de los hombres y que aún son sojuzgadas por los caciques locales y los políticos embusteros. Su arte ha trascendido fronteras, sin embargo, la mayoría de ellas no terminaron la escuela primaria. El analfabetismo es más alto entre las mujeres. Los abusos son constantes porque su obra de arte es mal pagada y regularmente son víctimas del atraco y del engaño de los intermediarios. Muchas mujeres tienen que salir a vender para sostener económicamente a la familia. Además de trabajar en el telar, tienen a su cargo los hijos, los quehaceres de la casa y la elaboración de la comida. La justicia para las mujeres indígenas aún no llega a las comunidades ni municipios donde habitan. A la mayoría les niegan el derecho a contar con una parcela, a participar con voz y voto en las asambleas, a ser parte del banco de principales. Sobre los bienes materiales están vetadas para poder heredar, lo paradójico es que las mujeres son las que han sabido preservar y heredar a las nuevas generaciones toda su sabiduría, su arte, su idioma y su cultura. Empoderar a las mujeres indígenas es el gran desafío de la presidenta de la república, es claro su compromiso y su determinación para colocarlas en el centro, como actoras del cambio e impulsara de las transformaciones sociales. Los planes de justica buscan revertir el rezago social y tomar en cuenta la voz de las comunidades, sin embargo, los problemas estructurales que enfrentan las comunidades indígenas no son atendidas. La alta conflictividad agraria requiere un tratamiento cuidadoso e inter institucional pero que no se le da prioridad. Hay comunidades confrontadas por muchas décadas con costo muy altos de vidas humanas. Los conflictos ocasionados por la defensa del río también representan disputas con caciques locales, empresas extractivistas que requieren intervenciones de alto nivel para contener la depredación ambiental. El saqueo de los bienes naturales sigue sin poder ser controlado por las comunidades agrarias por los intereses económicos que prevalecen por encima de los derechos comunitarios. El control territorial no está en manos de las autoridades sino de las organizaciones delincuenciales que se han infiltrado en las presidencias municipales para hacer negocios con el presupuesto público. Los jefes de las plazas tienen más poder que las autoridades municipales, el transporte público es un negocio de grupos caciquiles amafiados con la delincuencia. Las rutas están controladas y disputadas con violencia entre las bandas del crimen organizado. La población es rehén de este clima de terror. Las comunidades que siguen en el abandono tienen que lidiar con quienes imponen su ley con las armas. La resistencia histórica de los pueblos y la digna lucha de las mujeres sucumbirán ante un poder destructor, si las autoridades de los 3 niveles de gobierno se niegan a desmontar esta estructura delincuencial que está imbricada con los poderes locales. La violencia y la impunidad seguirán imperando a pesar de los planes de justicia. Lo grave será que las mujeres que luchan seguirán subyugadas y confinadas a padecer la violencia. Share This Previous ArticleClaudia Sheinbaum instruye al presidente municipal de Tlapa atienda nuestras demandas como Atlamajalcingo del Río Next ArticleMacedonio García: un desaparecido que las autoridades no buscan 2 meses ago