No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Carta a Mateo

Carta a Mateo

 

Varinia de la Cruz López

Mateo, hijo:

Hace cuatro años cuando naciste mi vida cambió. Me hiciste feliz pero al mismo tiempo entendí que tenía una gran responsabilidad: tu crianza. Eso me preocupa mucho porque vivimos en Guerrero, un estado que lo han convertido en un lugar violento, donde las personas sobrevivimos entre homicidios, desaparecidos y la corrupción ha condenado a la pobreza a muchas personas, pero lo que más me preocupa es que este no es un lugar seguro para nosotras las mujeres: todos los días ocurren feminicidios, violaciones, se venden a las niñas y todo queda en la impunidad.

Tú tal vez no lo recuerdes, tenías dos años, pero el 8 de marzo de 2020 marché contra todas estas violencias que sufrimos las mujeres.  Ibas cerca de esa marcha con tu papá. Escuchaste nuestras consignas pero estoy segura que no sabías qué estaba ocurriendo.

En esta carta quiero explicarte porqué ese día salimos a marchar.

Marchamos para exigir un alto a los feminicidios, para visibilizar la injusta condición que nos han impuesto como género a lo largo de la historia, para erradicar las distintas violencias ejercidas por hombres, que en algún momento fueron niños como tú. Eso precisamente me quita el sueño, me lleva a imaginarte en el futuro, en el hombre que te convertirás.

Ahora no entiendes la dimensión de todo esto, eres un niño que sólo quieres jugar con tus dinosaurios, armar rompecabezas, que estás aprendiendo a escribir tu nombre, los colores, los números y las letras; sólo piensas en comer chocolates.

Eres aún inocente, alegre, con carácter firme, lleno de rabietas, con unos ojos grandes y expresivos, con gestos muy parecidos a los míos, con una sonrisa que ilumina cualquier oscuridad,  pero crecerás y llegarás a hacer un hombre. Por eso, busco las formas para que crezcas desde el feminismo, de que tengas siempre presente que la igualdad es total entre hombres y mujeres.

Siempre me cuestiono cómo puedo llegar a construir en ti ese hombre nuevo. En verdad que es una tarea compleja. Por ahora se me ha ocurrido abrazarte  todos los días con la intensión de que sepas que debes ser un hombre amoroso, con la capacidad de mostrar tus sentimientos sin reserva.

Lo hago intentando desalentar actitudes violentas y para romper con esos roles estereotipados, haciéndote participar en las tareas domésticas, usar ropa o jugar con juguetes sin esa carga ya establecida: de que tienen género. A veces pienso que voy por buen camino, como cuando esa mañana de marzo antes de irte a la escuela me dijiste: “mamá a mí me gusta jugar con mis dinosaurios, pero también me gusta jugar las muñecas de Bolo (tu prima). Y me gusta ponerme los collares de sus barbees, ponerme las zapatillas  y jugar a tomar té con Eleonor”.

Estoy segura que criarte desde el feminismo es importante para ti y para construir una sociedad nueva, con nuevos parametros de convivencia, donde no exista violencia de ningún tipo hacia la mujer. En pocas palabras una sociedad justa. Para lograrlo, debo cuidar de tu crianza con esmero y a conciencia porque, como es inevitable, crecerás y te toparás con el entorno de una sociedad que está muy lejos del feminismo y muy cerca del machismo y el patriarcado, donde al hombre le han dado un lugar de privilegio.

Desde ahora te advierto: si logro que entiendas el feminismo, afuera te vas a encontrar con personas que se sentirán incomodas, incluso atacadas, con tus acciones. Muchos te descalificaran, te tratarán como alguien diferente, pero ten la seguridad que estarás haciendo lo correcto.

Y recuerda que cuando eso suceda estaré ahí para sostenerte y decirte que aún tendremos muchas luchas quedar.

Con amor, tu mamá.

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