No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

CUARTO INFORME | El Laberinto de la Guerra

DESCARGA | CUARTO INFORME DE TLACHINOLLAN

 

EL LABERINTO DE LA GUERRA

Una sinuosa pesadilla amenaza con instalarse en las fibras del Poder Político para reorientar el rumbo de la Nación desde la óptica militar.

Los corredores de la política se han cerrado, los canales del diálogo y la concertación se postergan hasta ver consumado el cerco militar, que garantice la postración de las regiones indígenas en conflicto.

Los sueños de la tecnocracia se han transformado en realidades atroces y devastadoras para los verdaderos dueños de estos territorios.

La pérdida de legitimidad de las autoridades federales y estatales, por sus complacencias con los banqueros, los hijos pródigos del régimen, sus complicidades con el crimen organizado y el narcotráfico, han ido minando peligrosamente el valor supremo de la política que es subsumida por los intereses del capital transnacional y sobajada a los niveles perversos de las ocultas “razones de Estado”, que contra viento y marea se empeñan en solucionar por la vía militar los grandes problemas nacionales.

En la Montaña de Guerrero el engranaje de la guerra está en marcha y lo desesperante es que no se avizora una fuerza social y política que contenga civilizadamente esta espiral de la violencia. Lo frustrante de esta situación es que tampoco ha habido voluntad política por parte de las autoridades Estatales, para abrir un Impasse que dé oportunidad al diálogo y la negociación. Por el contrario constatamos que la polarización de los conflictos se remarcan y se tensan peligrosamente. La bipolaridad se cierne como el único criterio para clasificar a los actores sociales y políticos y, verlos como amigos o enemigos del gobierno. Se ha caído en juicios simples y ligeros para catalogar en dos bloques antagónicos a toda la ciudadanía, se impone el dilema de estar con el régimen o contra él, sin permitir posiciones y tonalidades políticas civilizadas que puedan ubicarse como intermedias. En esta lógica se desencadena un silogismo perverso: todo ciudadano que apoya al régimen es su aliado incondicional, /es así que el régimen apoya a la militarización/ luego entonces, los ciudadanos apoyan incondicionalmente la militarización. O de otro modo: todo ciudadano que se opone a la militarización es enemigo del régimen/es así que los grupos armados son opositores al régimen/ luego entonces los ciudadanos que se oponen a la militarización apoyan a los grupos armados.

Salir de la versión móvil