No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

En Ocotequila ganaron las mujeres

En Ocotequila ganaron las mujeres

 

El 2 de enero cuando sólo los hombres votaron para elegir al comisario municipal, se registraron 469 votos. Fue una disputa entre el PRI y Morena, excluyendo a las mujeres, con el argumento de que en la comisaría solo hablan y mandan los hombres. Esta exclusión la atribuyen a sus usos y costumbres. Tuvieron que ser las mujeres las que rompieran con esta tradición machista al presentarse a votar el 2 de enero. Los representantes de los partidos del PRI y de Morena se unieron para encarar a las mujeres y negar su derecho al voto. En esa fecha el PRI obtuvo 283 votos y el partido de Morena 186. Los resultados fueron validados por la autoridad municipal, ignorando el reclamo de las mujeres.

El 3 de febrero, el pleno del Tribunal Electoral del Estado de Guerrero anuló la elección del comisario de Ocotequila, municipio de Copanatoyac. Declaró fundado el juicio electoral ciudadano promovido por 9 mujeres nahuas, que exigían su derecho al voto. El Tribunal advirtió que se trató de una práctica comunitaria que pone en desventaja a las mujeres de la comunidad. Para subsanar esta violación a sus derechos políticos ordenó al presidente municipal que, en un plazo no mayor a tres días hábiles, emitiera la convocatoria a una nueva elección para comisario municipal. La finalidad era garantizar el voto de las mujeres en igualdad de condiciones, reiterando el criterio de paridad que debe de establecerse en la conformación de las candidaturas. Ordenó realizar las reuniones que fueran necesarias, así como campañas de sensibilización, mediante la difusión de información, en español y la lengua originaria de la comunidad.

Para dar cumplimiento a este ordenamiento jurídico el presidente municipal de Copanatoyac envió un oficio al comisario municipal saliente, para que convocara a una reunión con el fin de organizar la nueva elección. El miércoles 9 de febrero estuvieron presentes tres mujeres que rompieron con la tradición, de que sólo los hombres dan su opinión sobre los asuntos del pueblo. Ante la sorpresa de los líderes de los partidos y de algunos principales, la reunión inició para tratar como único punto del orden del día la organización de la elección. Ante esta incomodidad de los hombres empezaron los reclamos. Sin referirse directamente a las mujeres, decían que ahora el gobierno les estaba quitando sus usos y costumbres, y que les quería imponer sus leyes. También comentaban que quienes estaban promoviendo esta elección no viven en la comunidad y que no saben cómo se organizan dentro de la comisaría.

Una de las compañeras, al sentirse agraviada comentó que las mujeres habían promovido esta elección porque no van a permitir que las ignoren, como si no existieran en la comunidad. Con gran precisión dijo que hay usos y costumbres que lastiman a las mujeres, como la violencia que sufren en sus casas y también de que trabajan más que los hombres, y no las reconocen como ciudadanas. Reiteró que en el pueblo hay costumbres malas que tienen que desechar. Aclaró que su reclamo no es para perjudicar a la autoridad ni a los principales, sino que su reclamo es para defender sus derechos. Fijó también su postura de que las planillas no fueran conformadas por partidos políticos porque en el pueblo hay más división. Propuso que pudieran armarse planillas, pero simplemente como ciudadanos y ciudadanas sin partido, dispuestas a servir a la comunidad. De inmediato los líderes, protestaron y dijeron que eso no iban a permitir, porque cada partido ya tiene su planilla y su candidato. Hubo malestar de los hombres por la presencia de las mujeres, porque tomaron la palabra y cuestionaron su forma de actuar. Al final se impusieron y determinaron que participarían 4 planillas: la del PRI, la de Morena, el PRD y la de Antonia. Quedó con este nombre porque la compañera fue clara al no adscribirse a un partido político y asumirse como una ciudadana con derechos.

Este domingo fue sorprendente la llegada de las mujeres a la comisaría para emitir su voto. Desde las 8 de la mañana ya se encontraban listas para votar. Algunas de ellas cargando a sus niños, otras más jóvenes, que por primera vez emitían su voto. También las mujeres mayores, que muchas de ellas sólo hablan el nahua, llegaron para decir por qué planilla votarían. En la noche anterior no faltaron las visitas a las casas por parte de los representantes del PRI, que acostumbran comprar el voto. Les recordaron porqué partido votarían. Se habla de que a los hombres les dieron 300 pesos y a las mujeres 200, reproduciendo la inequidad hasta en estas triquiñuelas.

Son muy reveladores los testimonios que fuimos recabando de algunas mujeres que acudieron a la comisaría para votar: lo más importante es que las mujeres ya ganamos con esta elección, porque ahora sí vamos a demostrar a los hombres que somos más y que nuestros votos cuentan. No nos importa tanto el resultado, porque ya sabemos que aquí los partidos compran los votos y muchas compañeras todavía se dejan llevar por estas prácticas.  Si no fuera por nuestra lucha, esta elección no se hubiera hecho. Ahora ya no van hacer lo que los hombres digan en la comisaría. Lo más importante es que ya no pueden ignorarnos porque saben que los podemos demandar y que las autoridades nos van a escuchar.

Nosotras vamos a seguir reuniéndonos y vamos a invitar a más compañeras para formar un grupo de puras mujeres. Nos vamos a organizar para que el gobierno nos reconozca como personas con derechos, que también nos de nuestro lugar, pero que además tiene que destinar recursos para que podamos trabajar y tener ingresos.

Para nosotras esta elección significó mucho. Triunfamos. Triunfamos en muchas cosas. Yo ahorita ya sé que la ley me protege para votar. Esta lucha va a quedar para siempre y continuarán nuestras hijas, porque nosotras siempre pensamos en ellas, en su futuro. Ya no queremos que sigan sufriendo como nosotras. Queremos que las cosas cambien; que las mujeres ya no sean maltratadas; que las niñas no sean violadas. Que se castigue a los responsables. Ya no vamos a permitir que nos peguen y nos griten. Si no lucho ahora qué será de mi niña mañana. No quiero que siga la misma situación.

Un señor quiso abusar de mí. Tuve miedo, pero como pude me defendí, corrí y me libré de él. Llegué a mi casa y le platiqué a mi mamá. Todavía temblaba de miedo. Cuando me escuchó, me dijo: cállate, porque si la gente del pueblo sabe lo que te pasó, ya no te vas a casar. Lo único que hice fue llorar y cargar con esa pena porque entendí que nadie me defendería.

Al final de la jornada electoral votamos 504 mujeres, fuimos más que todos los hombres que votaron el 2 de enero porque fueron 469. En esta elección solo llegaron 320 hombres. Como ahora pidieron credencial de elector ya no vinieron a votar los paisanos que viven en Tlapa y que apoyan al PRI. Con estos resultados vemos que los partidos políticos, sobre todo el PRI, tienen controlados a los hombres y también a las mujeres. Sus líderes todavía tienen mucho peso, no sólo por el dinero que reparten antes de las votaciones o después de votar, sino porque en las presidencias municipales existen grupos de poder que son los caciques, porque entre las mismas familias se rotan los cargos. No solamente tienen gente en las cabeceras municipales, también en todas las comunidades. Los líderes son los que se encargan de hacer este trabajo sucio. Si ven que no van a ganar por la buena, lo hacen por la mala. Por eso mucha gente prefiere votar por el mismo partido, para no tener problemas. Aquí se acostumbra que, si en una comunidad gana un partido que es contrario al del presidente municipal, ya estuvo que no habrá obras para la comunidad. Así no se puede progresar, porque seguimos sometidos por gente que tiene poder y que en algunas ocasiones recurre a la violencia para gobernar, metiendo miedo.

Es importante resaltar que en la comunidad de Ocotequila el gran número de personas mayores, mujeres y hombres, no sabe leer ni escribir. Sobrevive del trabajo en el campo. No hay ingresos y por eso varias familias se contratan como jornaleros agrícolas en los estados de Sinaloa, Chihuahua y Jalisco. Algunos jóvenes se han aventurado para cruzar la frontera y lograr el milagro de trabajar en la construcción, en la ciudad de Nueva York. Son los ingresos de los migrantes los que están resolviendo los problemas más urgentes de las familias. La gente ya sabe que los partidos no están para mejorar la vida de ellos, los partidos son para hacer negocios particulares con el dinero que llega a la presidencia municipal.

El despertar de las mujeres empieza a cimbrar las estructuras del poder machista que persiste en las comunidades indígenas y en las cabeceras municipales. Lo que han logrado las mujeres nahuas de Ocotequila es que los hombres respeten y reconozcan su derecho a votar y a ser votadas. Que se den cuenta que la participación de las mujeres es mayor que la de los hombres y que también empiecen a reaccionar los hombres, de que la votación por planillas abanderas por los partidos políticos, no representan los intereses de la comunidad. El mensaje de las mujeres es contundente: es imprescindible su presencia y participación en la toma de decisiones que se realiza en las asambleas comunitarias, porque con su sabiduría y visión podrán recuperar el poder comunitario y ayudarán a reencauzar su lucha como pueblo. Están a tiempo para rescatar la asamblea como el órgano máximo en la toma de decisiones. Son las mujeres las que están abriendo las brechas de la equidad, la justicia y el desarrollo para construir un futuro más digno en Ocotequila y en la Montaña de Guerrero.

 

Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan

 

Salir de la versión móvil