No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Encontrar la verdad con la esperanza

Encontrar la verdad con la esperanza

 

Con los rostros de sus hijos, este 24 de septiembre de 2023 las madres y padres de los 43 estudiantes descienden de los autobuses y caminan entre las indiferentes miradas que vienen de las personas que deambulan en la alameda de la Ciudad de México. Los rayos del sol apenas azotaban en el asfalto blanquizco o negro. Se enfilaban rumbo al Hemiciclo a Juárez para hacer su protesta, exigiendo al ejército mexicano la información sobre el paradero de sus hijos. La esperanza busca encontrar la verdad en las esquinas del campo militar número uno.

Pasaron unos minutos en lo que acomodaron una pequeña carpa para hacer un poco de sombra para los músicos de la rebeldía. Las familias con sus pancartas se formaron para empezar el mitin con la consigna de ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos! Las palabras de Melitón Ortega, vocero del movimiento de las madres y padres, fueron firmes para denunciar al ejército de mantenerse reacio en brindar la información sobre la desaparición de los jóvenes.

La apertura de Estanislao Mendoza Chocolate, padre de Miguel Ángel, estudiante desparecido, se dio en menos de un minuto para que los artistas sonaran sus cuerdas con la misma intensidad de la esperanza de encontrar a los estudiantes. “Batallones Femeninos” arrancó con una “rola” animando a los espectadores y espectadoras para seguir en la lucha de las familias. Repudiaron a los policías y peor a los militares porque son los agresores directos del Estado.

Francisco Barrios con su guitarra y su canto se solidarizó con las madres y padres de los 43, con las mujeres que no callan, con los estudiantes que pelean por el derecho a la educación gratuita, con las periodistas y los periodistas que están del lado de la verdad. Agradeció a los normalistas que permanecieron todo el tiempo en el inclemente sol.

La rondalla de Ayotzinapa también hizo sonar las cuerdas, su sonido se alzó hasta las nubes y cayó en forma de rayo en los cuarteles militares. Fue el ejército, las ciudadanas y ciudadanos lo saben. Con la canción de “yo quiero ser maestro”, donde relata la desaparición de los jóvenes, y simbólica para el movimiento de las familias, quedó en las personas que pasaban en la alameda.

El acto político cultural duró de las 12 hasta las 4 de la tarde. Al finalizar las madres y padres cantaron el himno Venceremos. Con las miradas al frente, los pensamientos escarban la verdad en los intersticios más infaustos del ejército, pero las madres y padres van encontrar la verdad con la esperanza en los brazos.

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