No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Guerrero entre las tormentas y la inacción gubernamental

Guerrero entre las tormentas y la inacción gubernamental

Vidulfo Rosales Sierra

Asistimos a una crisis ecológica, energética, económica, sanitaria y alimentaria que pone a prueba la continuidad de la civilización planetaria dominada por el capitalismo. Estamos atravesando lo que muchos expertos llaman la sexta extinción, que se caracteriza por el calentamiento del planeta y se manifiesta con lluvias torrenciales, sequías y heladas sin precedentes que ponen en riesgo la seguridad alimentaria y la existencia de este modelo civilizatorio.

Guerrero está resintiendo los efectos de esta crisis. En 2023 y 2024 dos huracanes azotaron la entidad dejando devastado el puerto de Acapulco y otras regiones y hace tres días nos acaba de golpear el huracán Erick con un saldo de mil 415 techos destruidos, 93 derrumbes, 32 cortes de carreteras y 3 puentes colapsados, según datos preliminares del gobierno.

Sin duda, son los dueños de grandes capitales y la industrialización sin límites los causantes de esta crisis del sistema mundo. Por ello los diques y contenciones a esta vorágine apocalíptica la podemos poner los de abajo desplegando una lucha desde una visión y acción anticapitalista anclada en el plano local. La posición desde la izquierda debe ser clara y contundente, dejar atrás su actitud pusilánime y timorata frente al capitalismo y las élites económicas con las que a menudo pactan.

Lamentablemente lo que ocurre en nuestro país y estado es lo contrario. Las izquierdas desarticuladas y desorientadas y un gobierno que se asume como tal, en franco pacto con las élites económicas.

Así, las empresas agroindustriales contaminan al por mayor el suelo, las fuentes hídricas y alimentos. Recientemente el periodista Zósimo Camacho publicó un escalofriante reportaje en el que refiere que prestigiadas entidades de Italia y EU realizaron estudios de alto rigor científico concluyendo que el glifosato produce cáncer. México importa gran cantidad de este químico que es usado en plaguicidas y herbicidas y transferido a los alimentos que se producen y consumen, como fruta, verdura, cereales, leguminosas y carne. El alto porcentaje de la población con cáncer obedece al uso y manejo de este agroquímico.

A decir del gobierno, se frenaron las concesiones mineras, sin embargo, las compañías explotan a cielo abierto devastando y contaminando los territorios a través de convenios que rebasan los 20 años. Recientes declaraciones de Fernando Aboitiz Saro jefe de la unidad de actividades extractivas de la Secretaría de Economía refieren un acercamiento con las empresas mineras y fortalecimiento de esta actividad (La Jornada 20 de junio 2025, pág. 19), por su parte en la entidad, hace unos días altos funcionarios inauguraron y participaron en el foro de minería denominado “Guerrero minero”. De nada sirve que hayan cesado las concesiones si continúan incentivando la minería a cielo abierto.

Por lo demás, es preocupante ver cómo las empresas constructoras extraen grava y arena de manera indiscriminada de los ríos en Guerrero. Una mirada rápida por el río Papagayo en Acapulco, Tlapaneco, Santa Catarina de Xochistlahuaca y decenas más, nos da una idea del monumental saqueo que llevan a cabo sin control alguno. Decenas de gravilleras extraen sin concesión y las que la tienen no se ajustan a los metros cúbicos otorgados, y no realizan trabajos de mitigación a que están obligados por ley.

En Tlapa empresarios tienen una concesión por determinados metros cúbicos, pero extraen en casi todo el río Tlapaneco. Cuando la comunidad nahua de Ahuatepec Ejido encaró a un empresario impidiendo que continuara extrayendo cerca de su territorio, éste sacó su concesión y al verificarla, los metros cúbicos autorizados era mucho menos que la extracción que realizaba y nada tenía que hacer en la tierra de los ejidatarios. Frente a este saqueo impune los inspectores de Conagua callan al ser corrompidos por los empresarios gravilleros.

De igual forma, a lo largo y ancho del país se venden toneladas de plástico como botellas de agua, refresco, yogurt, platos, cucharas, tenedores, vasos, bolsas de Sabritas, galletas y cientos de productos alimenticios y chatarras que son distribuidos por Coca y Pepsi Cola, Danone, Gamesa y otras empresas que recorren el país llegando hasta los territorios más inhóspitos. Podrá no haber comida ni medicinas pero Coca Cola y Sabritas no pueden faltar, y esto genera toneladas inmensas de plástico que se vierten a las aguas y bosques sin que el gobierno haga algo al respecto. No se responsabiliza a estas empresas para que se hagan cargo de su basura o que se establezcan políticas y normas que prohíban su uso y distribución, por el contrario, vemos a gobiernos municipales realizando convenios de exclusividad para que estas empresas vendan al por mayor.

Por si fuera poco, el manejo de la basura y aguas negras en los grandes centros urbanos está causando estragos a los mantos acuíferos y al medio ambiente. Los gobiernos y la iniciativa privada no inyectan recursos para el reciclaje de la basura y el tratamiento de aguas residuales. Para la clase política implica una inversión de varios millones de pesos y no genera dividendos políticos y ¿con qué se quedarían al final de su mandato si no llegaron al cargo pensando en estos grandes problemas, sino para mejorar su patrimonio personal? Cientos de comunidades indígenas y afromexicanas están pavimentando sus calles e introduciendo drenajes, porque esa es la idea del desarrollo y confort personal que propaga el capitalismo, en detrimento de sus ríos y bosques que son un remanente ecológico.

Frente a este horizonte gris y sombrío es menester que la izquierda en Guerrero haga una reflexión e incluya en su agenda de lucha el tema ambiental visto como una problemática multifactorial, con una mirada sociopolítica y anticapitalista. No se trata de sembrar arbolitos ni recolectar la basura, sino de cuestionar la destrucción que está generando el capitalismo como modelo económico, político y social implantado por los ricos y dueños del dinero.

Debemos exigir a este gobierno una posición clara que prohíba el uso del glifosato, la venta de plásticos y se prescinda de la actividad minera que ni siquiera genera ingresos para el país, que se reconozca la propiedad ancestral de la tierra, territorio y bienes naturales de los pueblos indígenas, la preservación de los manglares e imponer fuertes restricciones a las inmobiliarias que invaden playas y bosques ampliando la urbanización salvaje.

Si no se cuestiona este sistema mundo y no se vislumbran los problemas apuntados, el calentamiento del planeta seguirá ineluctablemente y los huracanes y sequías azotarán con más violencia. Y llegará el momento en que el presupuesto del gobierno será insuficiente para reparar los daños.

 

Publicado originalmente en El Sur

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