No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Madres y padres exigen la verdad al ejército, pero les lanzan gases lacrimógenos

Madres y padres exigen la verdad al ejército, pero les lanzan gases lacrimógenos

Iguala, Guerrero, a 18 de septiembre del 2023. Madres y padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos se manifestaron en las instalaciones del campo militar 35, antes 27 batallón de infantería, para exigir al ejército mexicano que entregue los archivos que ha ocultado a la Fiscalía General de la República y a la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa (Covaj).

A las 12:30 del día, cuando apenas se instalaba el carro de sonido para iniciar el mitin los militares lanzaron una bala de gas lacrimógeno. Los estudiantes seguían bajando de los autobuses. Las primeras palabras de los padres: el próximo 26 de septiembre se cumplen 9 años de la desaparición de los jóvenes… la verdad no sale a la luz. Sin embargo, elementos del ejército arremetieron contra las familias y los estudiantes, lanzando gases lacrimógenos que se extendían como una nube blanca y espesa en el asfalto.

Las madres y padres de los 43 estudiantes se formaron con sus pancartas y dieron inicio al breve mitin que terminó luego de unos minutos porque empezaron a caer más gases lacrimógenos que no permitieron seguir denunciando al ejército por ocultar los archivos del Centro Regional de Fusión de Información (CRFI).

A 9 años de la desaparición de los normalistas en esa noche tétrica de Iguala ni sus luces, no hay noticia de su paradero. Además, hasta el momento no se ha sentenciado a ningún responsable.

Existe una negación rotunda de parte del ejército para entregar la información que podría resolver el caso Ayotzinapa. “Lo único que saben dar es recibir a los padres y madres de los 43 con gases lacrimógenos”, señaló Isidoro Vicario, abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

Durante el mitin las madres y padres exigieron al ejército que “es indispensable y urgente que entreguen los archivos que tienen en su poder para saber el paradero de nuestros hijos. Recordemos que el grupo de expertos ha señalado en diferentes informes que el ejército tuvo en sus archivos información muy importante que no ha querido dar a las autoridades investigadoras. Esa información se generó dentro de estas instalaciones del 27 batallón de infantería, donde estaba la dirección denominada Centro Regional de Fusión de Información (CRFI) en la que están los archivos para saber qué fue lo que ocurrió la noche del 26 de septiembre del 2014”.

Hicieron un llamado a las organizaciones sociales, colectivos, sindicatos y sociedad en general a que se sumen y siga la jornada de lucha para que las investigaciones continúen. “Las madres y padres de los 43 levantamos voz y exigimos que no podemos continuar un año más sin que el ejército tenga que poner a disposición todo el archivo que tienen en sus instalaciones”, así terminaron el mitin porque empezaron a llover los gases lacrimógenos.

Madres y padres como pudieron caminaban entre los gases de los militares. Los estudiantes respondieron con petardos que dirigían contra el campo militar. A escasos segundos de la zona militar se alzaba un humo negro y en la calle se esparcía el humo blanco que sofocaba al respirar. Los estallidos de las bombas eran ensordecedores al grito de ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!

La bandera sangrando era ondeada por el viento. Parecía que ardía una pequeña llama de esperanza como las madres y padres esperan encontrar con todas sus fuerzas a sus hijos. Siempre piensan cómo están y dónde los tienen. Al ejército no le importa el dolor, la incertidumbre y la encendida esperanza en los corazones de las madres y padres para volver a abrazar a sus hijos. Al contrario, les lanzan gases lacrimógenos, pero es más grande la digna rabia de las familias.

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