No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Más de un centenar de jornaleras y jornaleros migraron a los campos agrícolas del norte del país

Más de un centenar de jornaleras y jornaleros migraron a los campos agrícolas del norte del país

 

Tlapa, Guerrero, a 13 de mayo de 2015. En busca de trabajo para sobrevivir, tener algo de dinero para comer y pagar algunas deudas, 112 jornaleras y jornaleros de 29 familias indígenas, más de 30 niñas y niños, de cuatro municipios de la región de la Montaña salieron hoy a las dos de la tarde a los campos agrícolas de Zacatecas y Chihuahua al corte de chile, cebolla y verduras.

Se fueron 56 mujeres y 56 hombres que tuvieron que trasladarse durante seis horas desde sus comunidades a la casa del jornalero de Tlapa para abordar el autobús. Algunos pagando viajes especiales que les cobran de 2 mil a 3 mil pesos porque tienen que cargar con sus enseres domésticos, colchonetas, petates y sus herramientas de trabajo del campo. Varias mujeres cargando en su espalda a sus pequeños hijos.

Las familias que viajaron a los campos agrícolas del norte el país son de Cochoapa Centro, Joya Real, Yucunucaxi, Santa Cruz, Barranca Ocotera, Barranca Espino, Llano de la Chuparrosa, San Rafael, Loma Canoa y Río Encajonado, municipio de Cochoapa el Grande; Colonia Guadalupe y Metlatónoc centro del municipio de Metlatónoc; San Miguel Zapotitlán, Tototepec, Alpoyecancingo, Santa María Tonaya y Atlamajalcingo del Río del municipio de Tlapa; Zoyatlán de Juárez y San Martincito del municipio de Alcozauca.

Una niña de 17 años que abraza a su niño de un año narró las vicisitudes y las peripecias por las que atraviesan en las empresas agroindustriales o en rancherías. Su familia acostumbra a migrar en los meses de abril y mayo, esta vez tocó en estos días calurosos a Asunción, Chihuahua, al corte de chile verde. Regresan a su comunidad en día de muertos.

Recuerda que el año pasado se fue en septiembre con su bebé. “Me tenía que levantar a las 3 de la mañana a hacer el almuerzo porque a las 5 se va el autobús de la empresa. Mi bebé tenía seis meses de nacido y lo tuve que dejar con mi suegra, pero estuvo llorando porque no quería la leche en polvo, solo toma pecho. En los surcos me sentía incómoda porque pensaba en mi pequeño hijo. Después de estar horas, regresamos a las 6 de la tarde. Mi hijo lo encontré enfermó porque no quiso comer en todo el día. Al día siguiente no sólo eran los dolores musculares por cargar las arpillas de chile, sino que tenía que curar a mi bebé”.  La renta la pagaron arriba de mil pesos

La misma realidad vive otra señora que va a trabajar a los campos de la Ciudad del Valle, Chihuahua, donde le pagan 35 o 40 pesos la arpilla de chile. Su niño de cuatro meses tendrá que crecer en los surcos, jugar y sin alternativa ir aprendiendo a cortar chile, jitomate o verduras.

Algunos llegaron a la casa del jornalero en la tarde del 12 de mayo para ser los primeros en la lista. El Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña les ofrece un lugar para pernoctar. Hoy en la mañana les dieron un almuerzo. Las jornaleras y jornaleros diligentemente detallan lo último para ir bien equipados con herramientas tanto para sobrevivir como para trabajar en los surcos.

A mediodía cuando les indicaron que subieran todo a la cajuela del autobús como una vertiginosa avalancha de mujeres, hombres, niñas, niños y jóvenes empezaron a correr de un lado a otro. Una niña cargando su petate y su mochila rosita se adelantó. Otros más con sus costales, ayates, mochilas, bolsas negras las fueron acomodando. Las mujeres no se quedaron atrás con sus ollas de aluminio, pequeñas estufas, sartenes, pero también cobijas y ropa. Los manojos de azadones para limpiar la cebolla o el chile no podían faltar.

Además de los irrisorios salarios tienen que llevar consigo sus herramientas de trabajo para ganarse un dinero para que les ayude a sobrevivir unos meses, y si bien les va ahorrar algo para la fiesta del día de muertos. Su viaje tardará tres días, quienes van a Chihuahua estarán llegado el jueves. Las jornaleras y jornaleros en un eterno dilema: morir en el olvido o sobrevivir en los campos agrícolas.

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