No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Nota Informativa | Con ayate en la espalda, bule de agua y machete en mano se recorren las mojoneras en los cerros…

Con ayate en la espalda, bule de agua y machete en mano se recorren las mojoneras en los cerros…

Después de cuatro reuniones acaloradas que se dieron en las instalaciones de la comisaría comunal del núcleo agrario de Acatepec, las comunidades de Zilacayota, Capulín, El Tejocote, Lomadad, Loma Maguey, Laguna Seca, Apetzuca, Barraca Mina, Plan Ojo de Agua, Zontecomapa y Tierra Colorada, todos anexos del núcleo agrario de los bienes comunales de Acatepec. Reuniones que iniciaron desde el mes de septiembre del año 2018 y la última llevada a cabo el 8 de enero del presente año en la que firmaron un convenio que daba por concluida la problemática que sostenían los habitantes de estas comunidades. Como parte de los acuerdos del convenio se realizaron los trabajos de medición en terreno para rectificar las medidas de las comunidades.

Uno de los colindantes del núcleo agrario de Acatepec es Zapotitlán Tablas. Desde hace más de 50 años, habitantes de este último núcleo se asentó en las tierras de Acatepec, quienes después formaron la comunidad de Ixtlahuazaca que hoy pertenece al núcleo agrario de Zapotitlán Tablas. En aquellos años, algunos vecinos de Zapotitlán eran ganaderos, contaban con varias cabezas de ganado vacuno, porcino y ovino, principalmente. El ganado era pastoreado en las tierras de Acatepec. La pastura y arbusto comestible de los animales fue que les valió a tomar la decisión de asentarse en estas tierras. Unas familias, vecinos de Zapotitlán, formaron la comunidad de Ixtlahuazaca.


Las familias estaban consientes de que llegaron en tierras ajenas, por lo que en varias ocasiones acudieron hablar con las autoridades de Acatepec para pedirles permiso y se comprometían a dar servicios comunitarios. Las autoridades de Acatepec no aceptaron porque sabían que eso acarrearía problemas posteriores. Sin permiso, poco a poco fue creciendo la población y empezaron a gestionar servicios como educación, salud y otros. Esto ayudó a quedarse con esa parte de asentamiento.

Tarde se dio cuenta la gente de Acatepec que Ixtlahuazaca estaba creciendo. Llamaron las comunidades que se ubican en la zona norte y se organizaron más de mil comuneros con las autoridades agrarias para recorrer la línea perimetral y rectificar las mojoneras. Poco avanzaron cuando fueron se toparon con los comuneros de Zapotitlán y tuvieron que suspender los trabajos porque no había condiciones, persistían en seguir, pero los problemas subieron de tono hasta que fue suspendida totalmente el trabajo en esa colindancia. Fue imposible continuar los trabajos en campo y el caso se trasladó en los Tribunales.

Después de varias audiencias en el Tribunal Unitario Agrario, en la ciudad de Chilpancingo, los núcleos de Zapotitlán y Acatepec suscribieron un convenio en el año 2001. En el convenio acordaron repartir la zona lo que consideraban se encontraba en conflicto. El 60% para Zapotitlán, en esta zona quedó Ixtlahuazaca, y 40% para Acatepec, que en realidad toda la zona correspondía a Acatepec. Pero a pesar del convenio firmado formalmente en papales con autoridades y representantes de los núcleos, en la vía de los hechos persistían los problemas. Los vecinos de Zapotitlán seguían entrando en las tierras de Acatepec.

En el mismo año del 2001, las autoridades del núcleo agrario de Acatepec mediante acta repartieron la zona del 40% en 12 franjas de 600 por 520 metros a las comunidades de Zilacayota, El Capulín, El Tejocote, Lomadad, Loma Maguey, Laguna Seca, Apetzuca, Barraca Mina, Plan Ojo de Agua, Zontecomapa y Tierra Colorada, con la finalidad de que los comuneros trabajaran la tierra y así evitar a que siguieran invadiendo.

La intención de tener en posesión las tierras con la siembra de maíz y frijol fue buena pero pocos vecinos se animaron porque el continuaba el conflicto. Los pocos anexos que se armaron de valor para sembrar en esa zona de conflicto, entre otros, fueron los comuneros de Zilacayota, quienes resistieron la agresión de los vecinos de Zapotitlán. Estos comuneros trataron de resguardar y cuidar sus tierras abarcando gran parte de la superficie de los 40% que se le quedó a Acatepec. La resistencia ayudó a que los vecinos de Zapotitlán desistieran y sólo logró quedar otra familia en el límite de la colindancia que formó la delegación de Alcamani.


Pasarían 10 años, es decir, en 2011 vecinos de otros anexos manifestaron su inconformidad a las autoridades agrarias respecto de las franjas que cada anexo le fue asignada en 2001. Decían que comuneros de Zilacayota entraron en varias franjas que no les correspondía. Replicaban que ellos entraron en posesión desde el año 2001 cuando los de Zapotitlán seguían invadiendo. Finalmente, de manera colectiva y consensuada entre los representantes agrarios de las comunidades y autoridades agrarias del núcleo acordaron cederle una franja más a los comuneros de Zilacayota, suscribieron así un convenio el día 8 de enero de este año 2019. Entre los acuerdos fue recorrer la zona del 40% para rectificar las medidas de 600 por 520 metros en 12 franjas. Todo esto con el apoyo de ingenieros expertos para rectificar las medidas con tecnología de lato nivel para estos trabajos.

Los trabajos de campo tuvieron lugar el día 17 y 18 de este mes. En la que, con Ayate en la espalda (donde llevaban sus tortillas), bule de agua y machete en mano, se alistaron los principales, comisarios, auxiliares agrarios, y una comisión de 10 personas de cada comunidad acompañaron al Comisariado y a los ingenieros que llevan sus aparatos de tecnología de punta para la medición de las franjas.

El lugar de concentración fue en la mojonera del punto trino de Acatepec, Zapotitlán y Tlacoapa, zona boscosa donde se ubica el centro ceremonial “Corral partida”. En las primeras horas del día se reunieron todos los asistentes más que para acordar y afinar detalles para las mediciones. Se acordó formar dos grupos, uno que recorrerá la parte de abajó que medirá y rectificará los 520 metros. El grupo dos recorrerá la parte de arriba que medirá y rectificará los 600 metros. Los trabajos no se hicieron esperar, en cada grupo iban autoridades agrarias y vecinos de las comunidades acompañando a los ingenieros.
En la primera franja de la parte de arriba coincidieron las medidas, en el segundo punto faltaron 60 metros, en el tercer punto faltaron 147 metros, y así subía el número de metros que faltaban en las franjas. Después de los recorridos de dos días en la parte de arriba sobraron más 400 metros y en la parte de abajo faltaron más de 200 metros.

Al final del segundo día, todos los participantes se concentraron en la comunidad de Tierra Colorada para decidir que se hacía con los metros que faltaron en un lado y los que sobraron en el otro. En esta concentración de manera colectiva se acordó reajustar las medidas de manera equitativa entre las 12 franjas, así también se acordó que el equipo de los ingenieros hará su trabajo en la que mostraran gráficamente los puntos que se midieron y los puntos de referencia. De partes de las comunidades informaran a sus comuneros de los resultados de estos trabajos. La autoridad agraria convocará en un momento posterior a todas las comunidades para continuar los trabajos de medición en las franjas para que se de cumplimiento pleno del convenio firmado el 8 de enero de este año con los que terminarán las diferencias de los vecinos de estas comunidades.

“Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan”

Salir de la versión móvil