No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

COMUNICADO | ¡El trabajo infantil vulnera especialmente el derecho a la educación: asistir no basta, se requiere una educación de calidad!

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“Si bien es cierto que el fracaso escolar de muchos niños, niñas y adolescentes es consecuencia de su inserción temprana en el trabajo, el fracaso escolar promueve la inserción laboral temprana.” (OIT & Fundación Telefónica, 2014:16)

Ciudad de México a 11 de junio de 2015 -La Mesa Social contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes pretende ser un espacio de referencia, desde el 2007, ante la problemática de la explotación en personas menores de 18 años de edad, que genere conocimiento, movilización social, incidencia en políticas públicas, y la articulación con actores que contribuyan al ejercicio de sus derechos. Es así que unimos nuestras miradas y nuestras voces para manifestarnos y exigir al gobierno mexicano el efectivo cumplimiento de los derechos garantizados en la Constitución Mexicana para las y los niños víctimas de explotación laboral.

En el marco del Día Internacional contra el Trabajo Infantil, nos sumamos a la demanda internacional de redoblar esfuerzos para comprender a la educación de calidad como un factor clave en lucha contra el trabajo infantil. Una educación que promueva la igualdad con dignidad, que resuelva la tensión entre los recursos que el niño o niña porta y lo que la escuela espera o exige de él o ella; que posibilite la adquisición de conocimientos; que contemple acciones dirigidas a la permanencia en la escuela y las condiciones óptimas para el desempeño educativo; que sea un bien público accesible, incluyente; que asuma la diversidad como riqueza; que sea pertinente con enfoque de género; que conecte a los niños niñas y adolescentes con sus comunidades y les dé herramientas para asumir responsabilidades sociales y mejorar el control sobre sus vidas, asegurando el derecho a la no discriminación y al goce efectivo de sus derechos.

Actualmente un gran número de niñas, niños y adolescentes combinan el trabajo con la escuela, lo que los coloca en desventaja con sus pares que no lo hacen ya que se reducen sus horas de juego, de descanso, de estudio, etc. Ante este panorama, es necesario apostar por una educación por parte del Estado que incluya los rostros de niñas, niños y adolescentes, jornaleros agrícolas, de ladrilleros, vagoneros, comerciantes, cacharcos, trabajadoras domésticas, afrodescendientes y demás población ocupada y/o vulnerable.

En México la relación entre trabajo infantil y acceso a una educación de calidad es un reto latente, la esperanza de vida escolar de los NNA que trabajan se reduce de manera paulatina con respecto a los que no trabajan, conforme avanza la edad. (UCW, 2012).De acuerdo al Módulo de Trabajo Infantil 2013, 2 millones 119 mil 363 niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años no asiste a la escuela; más del 80% de esta población tiene entre 14 y 17 años. Gracias a ésta información sabemos que 276, 522 NNA entre 5 y 17 años no asisten a la escuela porque trabajan; mientras que si consideramos a los que no asisten por consecuencias de una baja calidad educativa y trabajo estamos hablando de 1 millón 258 mil 776.

Cuando estas cifras se trasladan a la población infantil ocupada (2 millones 536 mil 693) significa que un 36% de la población ocupada no asiste a la escuela. Los 10 estados con la mayor tasa de niñas, niños y adolescentes ocupados que no asisten a la escuela son: Chihuahua, Querétaro, Michoacán de Ocampo, Aguascalientes, Durango, México, Coahuila, Baja California, Guerreo, y Chiapas.

La incorporación temprana al mercado laboral tiene como resultado que miles de niñas, niños y adolescentes se vean impedidos para acumular un capital de conocimientos que les facilite en su vida adulta superar la condición de pobreza, e ir más allá de desarrollar habilidades requeridas por un mercado de trabajo marcado por la baja cualificación, en la cual se reproduce la dependencia de empleos precarios con salarios bajos. Aunado a ello, de acuerdo al reporte del INEE “El derecho a una educación de calidad”, la tasa de inasistencia de los niños que trabajan extensamente es mayor en las zonas rurales que en las urbanas y en las de mayor marginación.

Un ejemplo de ello es el acceso a la educación de la niñez en contextos de movilidad. En el 2011, datos oficiales señalaban que sólo se atendía en educación primaria alrededor del 5% de la demanda potencial de niñas y niños hijos de migrantes jornaleros agrícolas en el grupo de edad de 6 a 14 años (Rojas Rangel: 2011). En este sentido, actualmente no se cuenta con un programa que contribuya a superar la marginación educativa de las niñas y niños de México en contexto de migración como lo intentaba el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes mejor conocido como PRONIM; y es así que toda educación focalizada para las poblaciones vulnerables se centra en escuelas multigrado y asociaciones promotoras de educación comunitaria (APEC) de la CONAFE, las cuales se enfrentan a la precariedad económica, de docentes sobrecargados de funciones o instructores que no tienen formación, generando retos ante la alta rotación que en consecuencia afecta la continuidad de los procesos educativos y la calidad de los mimos.

Por lo anterior, la Mesa Social contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes exige:

¡No habrá Reforma Educativa con éxito si no disminuimos las brechas de inequidad educativa y se mejora la calidad para todos y todas las niñas, niños y adolescentes!

 

Acerca de:

La Mesa Social contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes es un espacio plural conformado por instituciones, investigadores y académicos: Afrodescendencias en México, A. C.; Caminos Posibles S. C.; Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Centro de Desarrollo Indígena Loyola A. C., Colectivo contra la TDP, Fundación Telefónica, Programa Infancia de la UAM Xochimilco, Ririki Intervención Social S. C., Save the Children, la Dra. Liliana Estrada Quiroz de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; la Dra. Rosaura Galeana Cisneros, de la Universidad Pedagógica Nacional, Paola Díaz de León Straffon, consultora independiente y Ximena Santibáñez Magaña de la Universidad Anáhuac.

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