No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

COMUNICADO | Frente al desprecio de los de arriba, la palabra desde abajo nos hace libres |

Frente al desprecio de los de arriba, la palabra desde abajo nos hará libres
A los pueblos del mundo,
Nosotrxs, los medios libres, alternativos, independientes, autónomos o como se llamen, hemos estado desde hace tiempo informando desde y con las luchas, organizándonos y tomando nuestras necesidades comunicativas en nuestras propias manos, cuestionando la manipulación que los medios comerciales hacen de los hechos y de las noticias, desmitificando la idea de que los y las periodistas son objetivos.

No nos sentimos poseedorxs de «la verdad absoluta» pero comunicamos honestamente desde nuestras reconocidas subjetividades con ideales de libertad. Lo mejor está por venir y tenemos que luchar para conseguirlo, es por eso que nos situamos del lado de quienes resisten y construyen en su cotidiano nuevas formas de relacionarse que se anteponen a la lógica de destrucción y muerte. Rompemos el cerco informativo. Defendemos la libertad de expresión creando y sosteniendo medios o procesos de comunicación que no pertenecen y sirven a los que nos someten. 
 
El país se encuentra inmerso en una de las mayores crisis políticas de los últimos años. Los terribles sucesos del 26 y 27 de septiembre [2014] en Iguala, Guerrero, han evidenciado la enorme complicidad entre el crimen organizado y el Estado mexicano. No hay una distinción  entre mafia y gobierno, ni entre policía, narco y paramilitares. Todos ellos, junto con la mayoría de los medios de paga, actúan del mismo lado, protegiendo sus propios intereses.
 
Apenas unas horas después de que la policía asesinara a seis personas y trasladara en sus patrullas a 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, sin que a la fecha haya certeza sobre su paradero, algunos medios de «comunicación» «informaron» de un supuesto enfrentamiento entre normalistas y policías. Desde entonces, el manejo mediático que han hecho de esta crisis ha buscado su provecho y la del Estado, repartiendo culpas y otorgando perdones. 
 
El común denominador no ha sido informar a la población de lo que pasa, ni mucho menos ir al fondo de los hechos para desenmascarar las redes de corrupción de los de arriba –puesto que las empresas mediáticas figuran en dichas telarañas– sino ganar clicks y rating para sus medios y ayudar al gobierno a administrar la información, sin respetar el dolor de las víctimas y la inteligencia de la gente. Hay medios que no se guiaron únicamente con este criterio, sobre todo periodistas-trabajadores de la prensa, usuarios de redes sociales y personas de a pie; a quienes dirigimos estas palabras.
 
La dignidad de los estudiantes de Ayotzinapa, así como la fuerza y entereza de sus compañerxs, familiares y amigxs crece cada día y ha ido despertando más rabias, acumuladas por el sinfín de injusticias que se viven y se han vivido en este país desde hace ya 522 años. 
 
En México y en diversos países, miles de personas han salido a las calles para exigir justicia por los 43 estudiantes desaparecidos, pero el memorial de agravios es tan grande que las movilizaciones están poniendo sobre la mesa la violencia cotidiana que se vive en este país, las miles de desapariciones y asesinatos, los miles de feminicidios en un Estado policiaco y militarizado.
Es esa violencia la que muchos medios pretenden invisibilizar. Como si la memoria y la dignidad tuvieran fecha de caducidad, como si el dolor y el sufrimiento pudieran ser condenados al olvido. 
Les invitamos a caminar juntxs, a sumar nuestras voces y miradas en la construcción de un mejor presente, a entretejer la comunicación desde abajo; a consultar y ser partícipes de los medios libres, alternativos, independientes, autónomos o como se llamen.
Toma los medios, siémbralos libres.
México, 2014  
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